23 octubre 2009

La afición no despierta


Está quedando claro que la masa social no necesita el Centenario para reactivarse, la asistencia media al estadio sigue siendo muy discreta. Aún no me aventuraría a asegurar que la media de esta temporada mejore claramente la del pasado ejercicio. Las previsiones eran mucho más optimistas que la realidad, y seguramente se mejorarán los registros actuales. El pasado domingo, contra el líder del campeonato, en horario de sobremesa dominical tampoco superamos los cinco mil espectadores. Los medios de comunicación continúan la tónica informativa de los años sin celebración, salvo contadas pinceladas en pequeños recuadros y minutos finales de programas de radio, donde se echa de menos la abundancia de Descalzo y el acento de Sanzó. La imagen del artículo se vio en toda España a través del diario Marca, y ésta es una imagen de peyorativa negatividad. Al homenaje a Montes hay que añadir una grada vacía y una publicidad corrompida que aporta su grano en el área de ingresos. El portador del citada pancarta nos ha hecho un flaco favor, seguramente muy lejos de su intención. En los tiempos en que todo está medido al detalle, hay que tener un poco más de esmero incluso para colgar una pancarta.

15 octubre 2009

Erreala


El domingo el fútbol volverá a su verdadero casillero horario, el de siempre, la taurina hora de las cinco de la tarde. Y el del domingo no será un partido cualquiera porque nos visita el líder de la liga Adelante. Hablar de liderazgos txuri-urdines sólo puede hacerse en primera división, pues éste fue un equipo que marcó una época en la balompédica nacional. A principios de los años 80, una veintena de canteranos que casi todos se iniciaron en el fútbol playero de la Concha, ganó admirablemente la liga española, y por dos veces consecutivas. Todos los chicos de la foto salieron de una cantera que se cuidaba y mimaba, mientras los demás equipos de primera completaban sus plantillas con dos extranjeros, los equipos vascos mantenían la tradición jugando sólo con gente de casa. Esta Real Sociedad fue también la base de la selección española del Mundial '82, y varios de sus jugadores fueron considerados los mejores de Europa en su posición, como Arconada, Zamora, Satrústegui o López Ufarte. Casualmente, mientras Roberto López Ufarte triunfaba en la Real, su hermano Alejandro, que también salió de la fábrica de Zubieta, vino al Levante tras pasar un año por el Castilla. La historia de ambos no fue la misma, mientras Roberto triunfaba en el fútbol, Alejandro tuvo que retirarse prematuramente del fútbol a los 26 años a causa de una lesión que probablemente hoy en día sí hubiera tenido solución. La historia del fútbol tiene a veces sinsabores como éste, como la propia historia de este equipo que fue mítico y que sigue luchando por volver a primera división y emular las gestas del equipo que hizo txapeldún Alberto Ormaechea. De aquella época recuerdo a todos, pero tan igual también me acuerdo de Erostarbe (me pongo de pie), que era la voz de la Real en la radio española contando los triunfos blanquiazules.

12 octubre 2009

Un mensaje positivo, por favor.


por José Vicente Peiró

Durante estos días estoy escuchando y leyendo diversas opiniones acerca de los actos conmemorativos del Centenario. Casi siempre muy positivas cuando vienen de gente ajena al Levante y de la mayoría silenciosa del levantinismo, y bastante negativas cuando vienen de un sector del levantinismo que parece gozar de la negatividad proporcionada por el refugio en la marginalidad.
No es bueno entrar en discusiones y cada uno es libre de pensar lo que estime oportuno. Por supuesto, la crítica justificada es un arte que viene de tiempos inmemoriales y merece un respeto que actualmente no tiene entre las masas… salvo cuando no se utiliza como método el análisis riguroso sino la cantidad de materia empleada. A mí los actos del lunes me parecieron correctos, acordes a nuestra economía y magnífico en cuando a relación calidad-precio, y me alegro muchísimo de que me den la medalla de oro de la ciudad de Valencia y el premio de la Generalitat. Mi institución está muy por encima de las ideas políticas de cada uno. Claro que me alegro: me alegro porque es bueno para mi Levante. Pero aquí nos perdemos en cuestionar la politización del Levante de la mano de Quico Catalán, sin entrar a valorar que es un premio para la institución y que incluso la Comisión del Centenario lo propuso en su día, como figura en sus actas, cuando López Lara caminaba por los despachos del club.
Estamos viendo situaciones curiosas: Himnos criticados antes de escucharse, al menos íntegramente, discusiones por un error de un técnico que demostró su veleidad en la realización de su trabajo, fiestas populares a las que no acuden suficientes levantinistas a pesar de que se critica la ausencia de actos para la afición, silbidos a presentadores que se han bañado en el barro de Vallejo y han dejado herencia levantinista de élite en su familia, incomprensiones hacia trabajos bien realizados o a algo muy importante que el sentido y el respeto institucional, más ausente de lo que parece, sobre todo traducible en algunas cuestiones ajenas al club pero coincidentes en su calendario, y, sobre todo, en la picaresca a la hora de comprar abonos de la temporada. Estamos contemplando en un primer plano una cara amarga del levantinismo: la del resentimiento. Por otro lado, vemos que éstos que critican hoy, cuando mañana se hace lo que decían, vuelven a criticarlo, con lo cual se contradicen hasta la irrisión. ¿Y a la afición no se le critica que acuda al campo con un pase de infantil? Hagamos exámenes de conciencia todos.
¿Es obligatorio que en el Levante no se intenten hacer las cosas bien alguna vez en la vida? Incluso ahora se están haciendo algunas bien sin dinero, y para ello habrá que conocer los costes de los actos realizados y los de aquellos de otras épocas mucho más encarecidos y más ridículos. Me pregunto si es obligatorio que el Levante sea el club de la marginalidad y de la esencia de lo vetusto. Yo he vivido en el Antonio Román parte de mi infancia y juventud y en aquellos años éramos chicos de barrio que acudíamos a un campo donde iba gente respetable y orgullosa de su equipo. Espero que se pueda retornar a este concepto.
El Levante es un equipo marcado por el yunque de la negatividad. Así somos. Mientras nuestros vecinos sacan pecho por un noventa aniversario donde lo único que han hecho ha sido perderse en sus deudas, nosotros, el club decano de Valencia, parecemos gozar de la fiesta viendo sus fallos y no disfrutamos del momento: la alegría de cumplir cien años.
Y voy a contar un detalle ilustrativo de esta negatividad. Se habla de la falta de uso del valenciano en la gala y del político discurso del director general. Se habla como si se hubiera matado a Manolete sobre el incidente del himno puesto en su versión en castellano, cuando todo fue un simple error de un técnico al apretar un botón. Sin embargo, existe un himno del centenario compuesto en valenciano, hecho que ni se menciona, de lo cual extraigo estas consecuencias:
1) Quienes critican el castellanismo del acto del centenario no hablan del valenciano empleado en la letra del himno y de su corrección, con lo cual no están valorando en una justa medida el grado de valencianización del acto, o es que simplemente actúan bajo otros factores políticos diferentes a los del director general del club y con restricciones ideológicas. Tampoco tuvieron la perspicacia cultural de captar un hecho: todos los instrumentos interpretativos del himno menos la percusión son valencianos y forman parte de nuestro acervo cultural.
2) Mi examen sociolingüístico realizado durante varios días me ha demostrado que el setenta por ciento de levantinistas no entendieron completamente la letra del himno en su primera escucha. Sólo había que preguntar para darse cuenta si conocían la palabra “enclusa”, tan ligada a nuestro imaginario aforístico; conocer su significado es fundamental para entenderlo. Habrá que pedir responsabilidades a unos y a otros, porque los antivalencianistas y valencianistas han conseguido con el paso de los años que la gente tenga titulito de la Junta de Coneixements, pero ni lo hable y, lo que es peor, no lo hable correctamente ni se esfuerce en estudiarlo. Habrá que examinar el porqué y pedir las responsabilidades que se piden para otros. Unos y otros.
Hay quien baila con la renuencia, otros con lo inefable… En fin: allá ellos. Yo creo que debemos estar felices por cumplir cien años y disfrutar del presente. Algo que saben hacer muy bien los clubes donde la afición realmente es fiel y sana. Mañana igual hasta ni existimos, porque lo más probable es que todos los que estamos vivos este año, seguramente no lo estaremos dentro de cien años.
Quienes así pensamos, desde lo positivo, posiblemente ayudemos a mostrar un Levante como un equipo abierto y moderno. Igual hasta por esta razón viene algún inversor honrado de los que tanto necesitamos que lleguen y no sólo la España cutre, valenciana o manchega, que generalmente se aposenta con comodidad y anuencia de la mayor parte de la afición en nuestra poltrona. Apuesto por un Levante positivo, igual que aquel que yo mamé en aquellas sendas de Orriols, con la afición realmente como una familia unida.
Ah, el ballet español Fusión está triunfando en Londres este fin de semana. Lo digo porque cuando un valenciano triunfa fuera se le acaba pagando muy bien, económica y socialmente. El Cudol va a París este verano próximo, con lo cual, llevará el himno del centenario por aquellos lares. Y Quique Victoria es un fenómeno… incluso hablando en valenciano aunque no lo hiciera el lunes pasado. La lengua usada no determina la calidad de un producto. Es el empleo enriquecido de la lengua lo que le otorga o le resta.
Creo que lo mejor es disfrutar del Centenario. Esta celebración no es imprescindible para que un club de fútbol funcione, pero sí ayuda a dar a conocer mi club a mi ciudad y al resto de mi ciudadanía. Aunque a lo mejor queremos seguir mirándonos al ombligo y cerrados en nuestro útero materno. Quizá debe ser porque se vive mejor así. O viven mejor así.

09 octubre 2009

Ecos de una Gala

No cabe ninguna duda que somos los protagonistas de la actualidad deportiva de Valencia, el Centenario ofrece cada semana una cosa diferente de qué hablar, aunque los rotativos escritos hagan el caso justo a nuestra efeméride. Ya se puede comprar el cupón de la Once del domingo 11 octubre, el supercupón extraordinario del fin de semana que esta vez hace honor a nuestra Centuria. Habrá que comprar dos, por si toca para guardar para siempre al menos uno de recuerdo. El pasado lunes fue la Gala más granota, la que estrenaba el himno del Centenario. Ochocientas personas llenaron el Teatro Principal, entre ellas muchos protagonistas de la historia del club. Mitos del pasado mezclados con los héroes de ahora, directivos y presidentes de antes, autoridades políticas de ahora y farándula varia. Desde Rita Barberá a Carmen Alborch, pasando por Joanot Monleón y otros personajes conocidos. La Gala fue conducida por Pedja Mijatovic que puede decir que colgó las botas en el Levante y Susana Remohi, presentadora de C9 y ex fallera mayor, reconocida granota de cuna. El acto estuvo muy bien, fue emotivo, hasta dos veces me tuve que secar la emoción, una con uno de los videos del pasado y otra con la magistral actuación de Quique Victoria, que representaba un abuelo que le cuenta a su nieta porqué somos los granotas lo que somos. Pero la estrella de la noche, entre otros, fue Manolo Preciado que vino desde Gijón y repartió más abrazos que el padre de la novia, todo el mundo le saludaba y le felicitaba por la buena marcha de su Sporting tantas veces como le agradecían que él fue quien devolvió al Levante a primera en 2004. Pero hubo algo que no entendí, ¿por qué no se habló valenciano en la Gala? ¿por qué no se interpretó el himno regional en valenciano? Quizá esos detalles que caen en el olvido de muchos son importantes porque la mayoría de la masa social del Levante es de la huerta y del puerto, reductos ancestrales donde no se habla otro idioma. Después fuimos a aprovechar el edificio Veles e Vents del puerto, infrautilizada estructura que muere de pena poco a poco. La cena estuvo a la altura de la noche, con discursos y regalos para todos. Por cierto, de Camps no hubo noticias, como era previsto.

01 octubre 2009

Avant Llevant


Llevamos casi un mes desde que el Centenario comenzó a andar. Como se dio a conocer el pasado mes de julio en la presentación de los Actos del hotel NH Las Artes, todo está sucediendo según lo previsto. Tenemos parte de la ciudad engalanada con banderolas y vallas publicitarias alusivas a nuestra efeméride, con un niño levantinista al que le sobran las pulseritas veraniegas y los colgantes, estirado de brazos por si cae algo del cielo, quizá un ascenso... También desde la semana pasada tenemos a la venta los dos primeros libros de la colección Centenario del Levante UD, y a partir del lunes 5 de octubre tendremos el himno oficial del Centenario, compuesto por José Vicente Peiró con música de Antonio de la Asunción, un compositor de los más prestigiosos de música tradicional valenciana. Un himno que será una fusión de melodía pop y clásico, con instrumentación valenciana, con guitarró, dolçaina, guitarra de estilo valenciano, en definitiva los instrumentos más utilizados en el Cant de Estil y los variados ritmos de percusión que aporta Amores Grup de Percussió, una delicia de Himno del que estaremos muy orgullosos y que cantará Laura, una voz nacida en el Cabanyal. El Himno se estrenará por primera vez en el Teatro Principal de Valencia, el próximo lunes a las 20h. Veremos si responden las autoridades con su presencia en una gala que será de etiqueta. Irá Camps con la que está cayendo? La próxima semana os lo cuento.